En el 2014 salí llorando de furia e impotencia de las oficinas del San Martin (CTBA). Había terminado a los gritos en tesorería. Mi pago no estaba, el elenco ya cobraba hacía tres meses, el equipo técnico también, pero por alguno de esos motivos que a veces pasan en la administración pública eventualmente, nadie sabiaSigue leyendo «La pasión de una MUX»